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200 años en una piedra: un recorrido por los edificios históricos de Oranjestad – Parte 2

Nos perdimos en la historia de Wilhelminastraat y, seamos honestos, el Ayuntamiento se robó el espectáculo.

Pero Oranjestad tiene más historias y secretos que esperan ser desenterrados. Hoy, nos acercaremos mucho más al poderoso pasado de la ciudad.

Abróchate el cinturón porque nos dirigimos directamente a Fort Zoutman, un centinela holandés que ha protegido estas costas durante siglos. ¡Imagina los cañones rugiendo, la brisa salada azotando tu cabello y los piratas acechando más allá del horizonte! Quién sabe, ¡quizás nos topemos con un mapa del tesoro escondido en algún rincón polvoriento!

Pero antes de sumergirnos de cabeza en las fantasías piratas, nos espera otra maravilla: Willem III Tower. Este imponente gigante ofrece hermosas vistas panorámicas. ¿Crees que desde ahí puedas ver los rincones donde esos piratas traviesos podrían haber escondido su botín?

Prepárate para explorar, imaginar e, incluso, descubrir una parte oculta de la fascinante historia de Oranjestad. Veamos a dónde nos lleva esta aventura hoy...


Willem III Tower: protectora del tiempo

La Willem III Tower, uno de los pilares de la historia de Oranjestad, se alza en el mirador de la Plaza Padu.

Construida en 1868 y bautizada en honor al rey Guillermo III de los Países Bajos, este emblemático monumento ha cumplido múltiples propósitos a lo largo de su historia.

Originalmente, construida como faro, la Willem III Tower guio a los barcos con su potente lámpara durante casi un siglo. Sin embargo, con el avance de la tecnología marítima, la luz finalmente se extinguió en 1963.

Sin embargo, el propósito de la torre se mantuvo fuerte. Asumió un nuevo papel como torre de reloj y se encargó de asegurar que los residentes de Oranjestad fueran puntuales. Incluso hoy, la esfera del reloj de la torre sirve como recordatorio de sus funciones de cronometraje.

 

Fort Zoutman: más que ladrillo y cemento, un hogar para la historia de Aruba

La Willem III Tower no es un hito aislado. Se alza orgullosa junto a Fort Zoutman, el edificio más antiguo que queda en Oranjestad. Construido en 1796 por personas esclavizadas traídas de Curazao junto con la población indígena de la isla, el fuerte sirvió como una línea de defensa crucial contra piratas y enemigos que amenazaban la isla.

Hoy, tanto la Willem III Tower como el Fort Zoutman están perfectamente integrados en el Museo Histórico de Aruba. Al ingresar a estas estructuras históricas, podrás recorrer el rico pasado de Aruba. Las exhibiciones muestran la evolución cultural de la isla, desde sus raíces indígenas hasta su período colonial y su condición actual como un destino turístico popular.

El complejo de la Willem III Tower y el Fort Zoutman no es solo un museo, es un vibrante centro de eventos culturales. Todos los martes por la noche, aquí se lleva a cabo el animado Festival Bon Bini. Esta celebración te recibe con los brazos abiertos y ofrece una muestra de la cultura de Aruba a través de la música, la danza y la cocina tradicional.

 

Un viaje por el corazón administrativo de Aruba

Al salir del abrazo del Fort Zoutman, te espera una mezcla de historia y gobierno moderno. Justo en frente del fuerte se encuentra la oficina oficial del Gobernador de Aruba, el representante del monarca holandés en Aruba. Un poco más allá, la imponente estructura de la Casa del Parlamento de Aruba te invita a continuar la aventura a través de la historia de Oranjestad, susurrando historias de ideales democráticos y debates animados.

 

Descubriendo los secretos de Bestuurskantoor

Mientras viajas por el bulevar L.G. Smith, encontrará un hito notable: Bestuurskantoor, la sede del gobierno de Aruba.

En sus paredes resuena el pulso del corazón administrativo de la nación. Los pasillos de este notable edificio son testigos de la búsqueda de la autonomía de la isla.

 

Al contemplar el Bestuurskantoor, uno se transporta de nuevo a la tumultuosa era de la Segunda Guerra Mundial. En 1940, cuando el mundo se sumía en el caos, Aruba se encontraba en primera línea, enfrentándose a la amenaza de ataques enemigos. Se erigió un campamento militar en Paardenbaai, cuyos extensos terrenos abarcaban una parte importante del bulevar L.G. Smith para proteger sus costas.

 

De campamento militar a centro administrativo

El bullicioso complejo militar sufrió una notable transformación con el fin de la guerra. Los edificios, diseñados estratégicamente para adaptarse, fueron rediseñados para cumplir un nuevo propósito. Una parte importante del sitio fue demolida para dar paso a un moderno centro comercial y un hotel imponente.

En medio de esta transformación, el Bestuurskantoor surgió como un símbolo del creciente deseo de independencia de Aruba. Entre 1942 y 1943, sirvió como alojamiento temporal para oficiales militares y suboficiales. La introducción del Eilandenregeling, el 14 de marzo de 1951, marcó un momento crítico en el camino de Aruba hacia el autogobierno. Para dar cabida a los servicios gubernamentales en expansión y su reubicación, el gobernador Kwartsz decidió audazmente consolidar todos los departamentos a lo largo de este tramo costero.

El diseño original de Bestuurskantoor lleva el sello del Departamento de Obras Públicas, mostrando un estilo y carácter adaptados al clima tropical. Las largas galerías, las ventanas de madera y las aberturas estratégicamente ubicadas para atrapar la brisa son solo algunos de los elementos de diseño que encarnan esta filosofía arquitectónica.

 

Un vistazo al futuro de la gobernanza

Mientras exploras la interesante arquitectura de Bestuurskantoor, imagina que te encuentras con el primer ministro de Aruba, lo saludas y te tomas una selfie. Este edificio ha sido testigo del paso de innumerables líderes arubianos, los cuales contribuyeron a la notable historia de la nación.

 

Havenkantoor: una reliquia del patrimonio marítimo de Aruba

A la vuelta de la esquina, en la intersección de LG Smith Boulevard y Schutterstraat, se alza otra estructura monumental: el antiguo Havenkantoor, la oficina del puerto y la aduana de Aruba. Construida en 1940, esta joya arquitectónica fue diseñada por el Dienst Openbare Werken (DOW) de Curazao en respuesta al creciente tráfico marítimo.

La necesidad de Havenkantoor surgió a raíz del aumento del tráfico marítimo y la posterior expansión del puerto en 1939. Antes de su construcción, los asuntos aduaneros se manejaban en la Casa del Gobernador, una estructura del siglo XIX que ya no existe.

Havenkantoor se erigió en tierras ganadas al mar. Inicialmente, el segundo piso servía como puesto de vigilancia del puerto, mientras que la oficina de aduanas, donde se declaraban las mercancías, ocupaba la planta baja. El carácter original del edificio ha sufrido importantes alteraciones. La construcción a lo largo de la costa y la colocación de una grúa entre el edificio y el mar han cortado la conexión que antes era directa entre Havenkantoor y el puerto, dejándolo algo aislado.

 

El corazón espiritual de Oranjestad

Mientras caminas de regreso a Wilhelminastraat por Schutterstraat, prepárate para ser cautivado por una historia de fe y evolución arquitectónica. Enclavadas entre las bulliciosas calles, se encuentran dos iglesias protestantes, cada una con una historia que espera ser descubierta.

 

La Gran Dama: Wilhelminastraat #1

Cuando tu mirada se posa sobre la gran dama, la antigua iglesia protestante, justo al lado de la torre de la nueva iglesia protestante, estás contemplando uno de los campeones indiscutibles de la antigüedad en Oranjestad. Construida en 1846, sus paredes susurran secretos de una era pasada. Sorprendentemente, esta iglesia se levantó sobre los cimientos de una antigua casa de la familia Arends, comprada en 1844. 

De humilde morada a santuario sagrado

En sus primeros años, la antigua iglesia protestante tenía un doble propósito: ser un hogar para los fieles y un refugio para la oración. Una sola campana en la ventana del tejado anunciaba el llamado al servicio. Sin embargo, el atractivo de una iglesia dedicada se hizo más fuerte, lo que impulsó los planes para construir una nueva estructura.

Para darle vida a esta visión, se estableció un horno de cal cerca de Fort Zoutman, donde se cocían las piedras para la construcción de la iglesia. La estructura de la iglesia estaba formada por madera venezolana, un producto de importación habitual en aquella época. En 1846, bajo la bendición del reverendo A.J.K. Meyer de Curazao, la antigua iglesia protestante abrió oficialmente sus puertas y se convirtió en el centro de fe de la floreciente comunidad protestante.

 

Entra y deja que el ambiente te transporte al pasado. Los candelabros de cobre relucientes bañan el interior con un cálido resplandor, mientras que las Twentse Knopstoelen (sillas de veinte botones) dan una pista del rico pasado de la iglesia. También está el impresionante púlpito adornado con un dosel acústico de seis paneles. Pero te espera una verdadera obra maestra: una escultura de madera que representa al buen samaritano, realizada por el artista indonesio Djepara, inspirada en la famosa pintura de Rembrandt de 1650. La antigua iglesia protestante sirvió fielmente a la comunidad hasta 1950 como testigo silencioso de innumerables oraciones, sermones y momentos de conexión espiritual.

 

Un nuevo capítulo comienza en el surgimiento de la nueva iglesia protestante

Junto a su hermana mayor se yergue orgullosa la nueva iglesia protestante. Esto se logró gracias a las cambiantes necesidades de la creciente comunidad. Construida en 1950-1951 bajo la dirección del arquitecto Jan Nagel, esta moderna estructura marcó un cambio esencial en el panorama religioso de Oranjestad. El sitio albergó una vez la residencia del Dr. Horacio Eulogio Oduber, que luego se transformó en un pasanggrahan, una casa de huéspedes para funcionarios gubernamentales visitantes.

Sin embargo, el tiempo hizo mella en los majestuosos balcones de la iglesia. Pero entre 1985 y 1988, un meticuloso proyecto de restauración inyectó nueva vida a la estructura. Inspirada en el apodo de la antigua iglesia protestante, "de kerk aan de baay" (la iglesia junto a la bahía), y en la rica herencia pesquera de la isla, la restauración incorporó temas marítimos. La piedra blanca adorna ahora los pilares y la pared detrás del púlpito, lo que añade un toque de elegancia. El púlpito en sí es una vista impresionante: una representación de la proa de un barco tradicional de madera.

Llegada a la parte más histórica de Oranjestad

A medida que continuas la exploración, sal de Wilhelminastraat y entra en Havenstraat; busca la Plaza Daniel Leo a tu derecha.

Al llegar a esta icónica plaza que lleva el nombre de un político local que fue un catalizador para el desarrollo positivo de la industria del turismo, te estarás aventurando en el corazón de Oranjestad. Incluso en esta zona se esconde una historia de tesoros enterrados y héroes olvidados. Aquí, en medio de la vibrante energía de la ciudad, se encuentra una plaza llena de historia, esperando a ser explorada.

 

La Plaza Daniel Leo no siempre fue una plaza bulliciosa. Este mismo lugar alguna vez albergó la casa del comandante, la residencia de los líderes de la isla anteriores a la gobernación. Construida a principios del siglo XIX, esta enigmática estructura se alzaba orgullosa con vistas a la bahía.

Debido a un fenómeno llamado recuperación de tierras, la propiedad frente a la playa tuvo que construirse un poco más hacia el interior.

 

Más allá de la Plaza Daniel Leo

Toda la zona alrededor de la Plaza Daniel Leo ofrece varios lugares perfectos para recuperar el aliento después de un día lleno de historia e intriga. Con vibrantes cafés y atractivos restaurantes, la elección es tuya: relájate con una bebida refrescante y disfruta de las vistas, o come un delicioso bocado para saciar tu curiosidad durante el tercer día de nuestra aventura.

No importa lo que elijas, una cosa es segura: el próximo viaje trae un capítulo completamente nuevo de nuestra aventura en Oranjestad. Si deseas continuar explorando, puedes adentrarte más en el corazón de la ciudad antigua en Caya G.F. Betico Croes, antiguamente conocida como Nassaustraat, y también Caya Grandi (calle principal). En la antigua Nassaustraat, tus ojos quedarán cautivados por una sinfonía de maravillas arquitectónicas de una era pasada. ¿Quién sabe qué tesoros descubrirás a continuación?

¡Permanece atento, aventurero, porque pronto se desarrollará el próximo capítulo de nuestra exploración de Oranjestad!


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